Bernini , ilustra un momento en el que la divinidad entra en un cuerpo mortal , la idea que estamos viendo , es un momento del tiempo en el que Dios ha entrado en el alma de una mujer , si no atravesado literalmente su cuerpo.
Aparece ella en profundo éxtasis místico con sus ojos pesadamente cerrados y su boca entreabierta , transmitiendo una sensación híbrida entre placer y dolor .
Teresa parece estar dando esos quejidos , a la vez que experimenta la suavidad de la que nos habla .
La pesada tela del hábito contrasta con la expresión del rostro y la relajación o entrega corporal , visible en la mano y el pie que aquél deja ver .
A la izquierda , el Ángel sonriente (casi travieso) y pícaro , tras introducir , el dardo del amor divino en el corazón de Teresa .